Mi encuentro con la cola de castor: amor a primera mordida

Mi encuentro con la cola de castor: amor a primera mordida

Hace tiempo que me han hablado de varias delicias locales, pero ninguna me intrigaba tanto como la famosa cola de castor. Y no, no es lo que estás pensando: no tiene nada que ver con el pobre castor. Se trata de una especie de masa frita, crujiente por fuera, suave por dentro y con el tamaño y forma de, bueno… la cola de un castor. Suena curioso, pero espera a probarla. ¡Es una locura de sabor!

Un poco de historia: ¿de dónde viene esta delicia?

Antes de contar mi experiencia con esta maravilla, investigué un poco sobre su origen. La BeaverTail, como la llaman en inglés, nació en Canadá en 1978, cuando Grant y Pam Hooker empezaron a venderlas en ferias y festivales. Desde entonces, se convirtió en un clásico canadiense, al punto que ahora hay locales en todo el país y hasta en otros rincones del mundo.

Dicen que la receta viene de antiguas tradiciones familiares europeas, donde preparaban panes fritos similares. Pero los canadienses le dieron su toque especial: una masa estirada a mano, frita en aceite caliente y cubierta con una infinidad de toppings, desde los clásicos hasta los más extravagantes.

Probando mi primera cola de castor

Llegó el gran día. Estaba en un paseo por el Acuario de Quebec, cuando vi un puesto de BeaverTails con una fila considerable. Y como ya sabemos, si hay fila, es porque algo vale la pena. Así que me acerqué emocionada.

Primero, el dilema: ¿qué sabor elegir? Hay de todo. Las clásicas vienen con azúcar y canela, pero luego vi combinaciones que jamás imaginé. ¡Incluso hay una con topping de poutine! Sí, leíste bien: papas fritas, salsa y queso derretido sobre una cola de castor. 

Como era mi primera vez, decidí ir por la opción segura: Nutella y fresas. Cuando me la entregaron, caliente y con ese aroma irresistible, supe que había tomado una excelente decisión. Le di el primer mordisco y… ¡boom! Amor instantáneo. La combinación del chocolate con la masa crujiente y el frescor de las fresas era una fiesta en mi boca.

La gran variedad de sabores

Ahora que ya caí en las redes de las colas de castor, sé que tengo que probar más. Aquí te dejo algunas de las opciones que vi y que definitivamente están en mi lista:

  • Clásica de azúcar y canela: Simple, pero perfecta. A veces menos es más.
  • Nutella con fresas o bananas: Un clásico infalible.
  • Oreo: Con crema de vainilla y trocitos de galleta.
  • Maple y nueces: Porque estamos en Canadá, después de todo. 
  • Poutine: La combinación más canadiense de todas. Aún no sé si me atreveré a probarla.
  • Mantequilla de maní y chocolate: Para los amantes de los sabores intensos.
  • Manzana caramelizada: Como un pay de manzana frito, básicamente.

Lo mejor es que, aunque la base siempre es la misma, los toppings pueden cambiar según la temporada o el lugar donde la compres. Así que cada vez que vea un puesto, probablemente haya una nueva sorpresa esperándome. 

Un consejo: no te preocupes por el desastre

Si hay algo que debes saber antes de probar una cola de castor es que no es un postre limpio. Entre el chocolate derretido, los trozos de fruta y la masa frita, es imposible no terminar con los dedos pegajosos y la cara llena de azúcar. Pero, sinceramente, ¿a quién le importa? Parte del encanto es ensuciarse y disfrutar cada bocado sin preocupaciones.

Mi recomendación: ten servilletas a la mano (muchas) y, si hace frío, no te olvides de limpiar los guantes después. Aprendí eso por las malas. 

¿Vale la pena?

Rotundamente, sí. La cola de castor no es solo un postre, es una experiencia canadiense en sí misma. No importa si la pruebas en verano mientras paseas por el casco antiguo de Quebec o en invierno con un chocolate caliente en la mano, siempre será un placer.

Definitivamente, ahora entiendo por qué todo el mundo hablaba de ellas. Y algo me dice que esto fue solo el comienzo de una larga relación entre las colas de castor y yo. 

Si alguna vez vienes a Canadá, ¡pruébala! Y si ya la probaste, dime cuál es tu topping favorito. 

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